Segunda oportunidad de lactancia
En este artículo
Segunda oportunidad de lactancia
En una colaboración anterior compartía algunas de las experiencias con la lactancia cuando llegó mi hijo mayor, fueron unos seis meses bastante intensos y de mucho aprendizaje. Así que al embarazarme de nuevo me sentía un poco más preparada que al inicio de la experiencia en la maternidad y pensaba que podría hacer algunos cambios que pudieran mejorar la experiencia en esta nueva oportunidad que me presentaba la vida.
Cambios, cambios y más cambios
Parece mentira pero en pocos años de una lactancia a otra las cosas habían cambiado mucho, no sólo en mi como mamá sino en mi entorno, para el momento en el que llegó mi hijo el menor (sólo cuatro años después)
En la oficina ya existía sala de lactancia y esto hizo una radical diferencia, ya que era posible extraerme la leche en un lugar adecuado y almacenarla, también para ese momento ya me había conseguido un extractor eléctrico que hizo un mundo de diferencia. Gracias a esto mi pequeño contó con un mayor beneficio en tiempo y cantidad de leche materna.
Además de lo anterior, he de reconocer que lo que hizo en mi toda la diferencia en la manera en que establecimos la lactancia fue el olvidarme de los horarios, y si, fue algo muy absorbente y agotador por temporadas, pero así las cosas fluyeron más para mi y mi bebé.
Segunda oportunidad de Lactancia: Olvídate de todo lo aprendido
Me olvidé de las recomendaciones que me habían hecho con el primeros de 15 minutos de cada lado y aquello de darles de comer cada 3 o 4 horas (y es que yo me puse muy estricta con reloj en mano), y dejé que el bebé marcara el ritmo de su alimentación. Lo anterior hizo que llorara menos (tanto él como yo) y que yo ganara más seguridad en lo que estaba haciendo. La verdad, es que también dejé de cuestionarme el por qué sería que quería comer a cada rato y si era porque mi leche no lo llenaba o cosas así, simplemente el bebé pedía de comer y yo le daba.
Otras alternativas
Hacer colecho también marcó una diferencia importante. Ya no corría como loca en la noche cada que el bebé despertaba llorando porque requería a su mamá por las razones que fueran y sorprendentemente es que el nuevo bebé despertaba menos. Pienso que quizá me sentía más a la mano y por ello no “necesitaba” llamarme con mayor frecuencia e intensidad, además el tenerlo tan cerquita facilitó también el alimentarlo durante la noche y “descansar” un poco más.
Con todos estos “cambios” en la segunda oportunidad de lactancia pensaba con frecuencia “¡Ay! ¿cómo no lo supe antes con mi hijo mayor?” sin duda pienso que otra nos hubiera cantado, pero al final no hay forma de saber cómo hubieran resultado las cosas.
En este camino va uno experimentando desde lo que conoce y lo que ignora. De lo que va uno aprendiendo sobre la marcha y lo que va incorporando de otras experiencias, probando si le funciona o no, porque eso sí, uno no puede olvidar nunca, que lo que le funciona a una mamá y a su bebé puede no funcionarle a otra, así que va uno de ensayo y error y adaptándose día a día.
Segunda oportunidad de Lactancia: Finalmente
Al final, en esta segunda oportunidad siento que pude superarme un poquito de lo que había hecho la primera vez, y me siento contenta por ello, creo que de eso va un poco la maternidad, de tratar de hacerlo un poco mejor cada día. Mejor que el día anterior, aunque si no se logra siempre hay un día después para volverlo a intentar.
Abrazos sororos
Deborah Buiza.
Tengo 41 años y poquito más de 7 años ejerciendo como mamá sin instructivo de dos pequeños. Mi formación académica en las áreas de ciencias de la comunicación y la psicología me han permitido explorar diferentes campos profesionales como la investigación, capacitación, psicoterapia, conducción de grupos, operación de proyectos sociales, desarrollo organizacional y clima laboral, así como la organización de eventos.
Facebook: https://www.facebook.com/Deborah
Sitio web: Generando Bienestar/
Twitter: https://www.twitter.com/DeborahBuiza/
